El consumo del tabaco por adolescentes no sólo es el resultado de las
influencias psicosociales, como presión por parte de los compañeros o amigos,
sino que las investigaciones recientes sugieren que puede haber razones
biológicas para este periodo de mayor vulnerabilidad. Hay algunas pruebas de
que fumar ocasionalmente puede provocar en algunos adolescentes el desarrollo
de la adicción al tabaco. Los adolescentes también parecen ser más sensibles a los efectos de
refuerzo de la nicotina combinada con otras sustancias químicas que se
encuentran en los cigarrillos, aumentando así su susceptibilidad a volverse
adictos al tabaco.
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